Aun constituyendo un aspecto básico del funcionamiento interno de toda empresa, los informes financieros resultan cada vez más importantes para las partes interesadas externas a la empresa. Prueba de ello son las exigencias de inversores y gobiernos con respecto a las reformas introducidas en el modelo de presentación de informes financieros, tras los últimos casos de manipulación contable e irregularidades financieras. Por estos motivos, la demanda de información financiera más precisa y puntual, dirigida a un público cada vez más amplio, es, a día de hoy, más urgente que nunca; tendencia que, según todos los indicadores, va a prolongarse en el futuro.
Por ejemplo, la Ley Sarbanes-Oxley contiene disposiciones clave encaminadas a prevenir el fraude corporativo y restaurar la confianza del inversor en los informes financieros, acentuando la necesidad de producir información financiera de mayor calidad y aumentar el grado de responsabilidad de las organizaciones. Para cumplir con la demanda de información financiera precisa y puntual, procedente de agencias gubernamentales, inversores, entidades de crédito y demás, las organizaciones deben ser capaces de presentar esta información de forma correcta y puntual, en todo tipo de formatos y estilos, tanto a nivel interno como externo. La manipulación financiera es un fenómeno perteneciente al ámbito de la ética y supone un problema cuya respuesta está fuera del alcance de cualquier solución de generación de informes. Sin embargo, estas soluciones sí deben ayudar a eliminar los estados y valoraciones financieros confusos o engañosos. Las organizaciones deben adoptar soluciones de información financiera capaces, por ejemplo, de reconocer rápidamente las reversiones de ingresos que puedan haberse contabilizado en base a proyecciones, pero que luego resulten ser imprecisos. Las soluciones de información financiera deben generar valoraciones de activos objetivas y precisas, además de balances claros y demostrables, de forma puntual.
WebFOCUS |